Pensaba que mi vida no estaba bien, hablé entonces con Dios y:
- Me quejé de lo que salió mal en el trabajo, pero no agradecí mis manos para trabajar.
_ Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos, mas no agradecí por tener una familia.
_ Me quejé cuando no había lo que mas me gustaba para comer, pero olvidé agradecer por tener qué comer.
_ Me quejé por mi salario, cuando miles ni siquiera tienen uno.
_ Me quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al buscar unos libros, pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener las luces encendidas.
_ Me quejé por no dormir 10 minutos más, olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.
_ Me quejé por tener que trabajar al día siguiente, olvidando que muchos no tienen trabajo que les permita llevar sustento a su familia.
_Me quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones desearían tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.
_ Me quejé porque tenía que dar una charla sobre Jesús a unos jóvenes, olvidando el privilegio que es poder hablar a otros de Jesús.
DIOS ME MOSTRÓ EN AQUEL MOMENTO LA VERDAD Y ENTONCES COMPRENDÍ LO INGRATO QUE HABÍA SIDO CON ÉL, Y COMENCÉ A AGRADECER POR LAS COSAS QUE HABÍA OLVIDADO, Y AÚN MÁS AQUELLAS POR LAS QUE TANTO ME QUEJABA.
ESPERO QUE TÚ NO COMETAS EL MISMO ERROR QUE YO ESTABA COMETIENDO.
"DONDE DESEES VER EL ROSTRO DE DIOS, LO VERÁS. Y SI NO QUIERES VERLO, NO HACE LA MÁS MÍNIMA DIFERENCIA, SIEMPRE QUE TU OBRA SEA BUENA".
No hay comentarios:
Publicar un comentario